viernes, octubre 20, 2006

Tres personas y una calle vacía, en una noche como cualquier otra

Tres muchachas -de no importa que edad- camimando en una noche de cielo extraño, a veces estrellado y otras nublado; esa nubosidad que provoca una peculiar lumbre nocturna. Conversan de temas que son fastidiosamente necesarios; necesarios por que es parte de la atmósfera, como la lluvia en días de invierno.
Una de ellas siente que lo único que quieres es dormir, dormir hasta no poder hacerlo más. La otra desea con ansias intercambiar palabras con el único ser que a merodeado su mente durante los últimos sesenta días. Y por último, la otra chica siente que está perdiendo uno de sus sentidos más preciados, ¡ah! además de pensar en los "fastidiosamente necesario", mejor dicho, las tres piensan en aquello...
De repente un silencio se apodera del momento; la primera muchacha se apunta a cruzar la calle- siguiéndola la segunda- ve que está todo despejado [refiriéndose obviamente a cero circulación vehicular] y por aquello que llamamos impulso animal, comienza a correr. La que pensaba en aquel ser que merodea su mente hace sesenta días, la empieza a seguir detrás. La tercera muchacha se queda ríendo- no sabe la razón de por que no corre, si en otros casos lo haría- mientras camina calmadamente por la vereda. A ésta última se le viene a la mente la escena de una película, no sabe cual específicamente, o inclusive puede ser una cinta que ha imaginado realizar ella... no logra diferenciar.
El tiempo de correr libremente se hace extrañamente extenso... divertido, pero extenso.
A lo lejos se comienzan a ver pequeñas luces de automóviles, que la tercera chica logra dimensionar - obviamente por que no iba corriendo- así que trata de advertir a sus amigas.
Un joven de mediana edad pasa por al lado de las corredoras, disimula su risa, que obviamente fue notoria.
Se reía, por que cualquier persona masivamente normal se carcajea de algo así.
Las tres jóvenes - de no importa que edad- se ríen igual; las que trotaban guardan la compostura nuevamente, la que recordó un film se pone felizmente melancólica y la pseudo libertad se acaba.
El cielo sigue cambiando su estado, ahora está estrellado con algunas nubes blancas.


Dedicado a la hermandad del opio.

Constanza A. Bunbury.

4Prestidigitador/es:

Letras de... Blogger Tinin¥ said...

Jeje, eso de "Las tres jóvenes - de no importa que edad-" me gustó ese estilo...
La historia pude imaginármela clarita casi, no doy más detalles para no interferir
Buena onda mi estimada
byee

21/10/06 12:56 a. m.  
Letras de... Anonymous Anónimo said...

¿La historia es la metáfora joven de un viaje en marihuana?

25/10/06 8:42 p. m.  
Letras de... Blogger c.bby. said...

no jaja.

25/10/06 9:42 p. m.  
Letras de... Anonymous Anónimo said...

correr aveces hace bien... sobre todo si es por la calle
digamos que es signo de libertad y estoy segura que esas tres jovenes se sienten mas que libres quizas atrapadas en sentimientos pero libres.
Un abrazo.
Caty kvcita desde el batiscafo!

27/10/06 7:22 p. m.  

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