Elegía III: Pánico (humano)
Intenta correr, arrancar de ti
Y que el tiempo te vuelva polvo,
Pero reapareces en sus peores pesadillas,
Siendo el protagonista de sus historias de terror.
Eres el karma de su caos,
El que dio por sepultado hace pasadas épocas,
Pero te vuelves inmortal
Gracias al alimento de su pavor.
Malgastó sus fuerzas
Al intentar volverte un personaje mítico de leyenda,
En cambio, consiguió que fueras
El Judas de su dramática obra sin final.
Constanza bunbury
Y que el tiempo te vuelva polvo,
Pero reapareces en sus peores pesadillas,
Siendo el protagonista de sus historias de terror.
Eres el karma de su caos,
El que dio por sepultado hace pasadas épocas,
Pero te vuelves inmortal
Gracias al alimento de su pavor.
Malgastó sus fuerzas
Al intentar volverte un personaje mítico de leyenda,
En cambio, consiguió que fueras
El Judas de su dramática obra sin final.
Constanza bunbury
posted by c.bby. at 5:06 p. m.
3Prestidigitador/es:
Usted se ha vuelto más a lírica este último tiempo. Eso es bueno, porque me gusta la lírica.
Entrando en materia, el género elegiaco tiende a expresar lamentos, por algo o por alguien o por sí mismo, frente alguna situación desgraciada. La situación desgraciada de la que se lamenta el hablante, según el título, un señalador de interpretaciones, es el pánico.
A toda esta composición la subyace un yo poético inexpuesto, oculto, que no se nombra bajo ningún sustantivo, esto sería decir "Carlos intenta correr, arrancar, etc". Es una jugada muy sutil por parte de la autora, ya que, como veremos, da lugar a una rica y preciada ambiguedad gramátical.
Es interesante el juego con las personas gramaticales en la primera estrofa, y en el resto del poema:
Intenta correr, arrancar de ti
Y que el tiempo te vuelva polvo,
En "intenta correr" hay un él, una tercera persona. Es decir, se ha enunciado ello como una despcripción. Sin embargo, después de la coma, se interpela a una segunda persona gramátical, (un tú, pero en su forma ti). Este proceder crea el efecto de insertar al lector. Bien pudieramos ser nosotros esos "ti" y "te" destinatarios. Para conclusión, debo decir que en estos dos versos observo una confusión, muy hábil por parte del autor, entre estas dos personas gramaticales. Esto trae como consecuencia que el lector se ve "incluido" en el poema, y nos deja la sensación de que nosotros somos quienes reaparecemos "en sus peores pesadillas".
En mi opinión, la virtud del poema no está en el ritmo, ni en las metáforas, un poco pobres, sino más bien toda la virtud radica en la ambiguedad en la persona gramatical de la enunciación, que permite varios destinatarios y sujetos en el poema. Estas son mis opiniones como lector.
Saludos.
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Interesante. Alejandro siempre dramatizando todo...
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