martes, febrero 06, 2007

Mi ángel de la música

Música del delirio entre mis recuerdos estás; una daga en el alma, la cual no logro despojar.
Vago en busca de la cura para la enfermedad que llevan tus iniciales.
Cada día y cada noche soy cautivo de tus palabras lejanas, tu voz que me conquista con un soplo.
El tiempo me ha obligado a ponerme una máscara frente a ti, para así ocultar mi dulce locura.
Te volviste mis pensamientos, mi patología, mi odio y amor...
¡Mi ángel de la música, vuelve a cantar para mí!
¡Vuelve a mirarme con los ojos de ayer, y recuerda lo idóneo que encontraste dentro de este demente sin nombre!
Entre tientas y tentativas te busco en tus melodías favoritas, pero la cruel vida se ha encargado de borrarme de tu mente, odiándote por olvidarme, pero amándote por llenarme; una bella contradicción que me obliga a desearte una y otra vez.
Oculto en mis pensamientos, mis ojos se vuelven lagunas de lágrimas iracundas, y veo tu imagen frente a la mía sin conseguir odiar tu rostro fino y pálido.
Ángel de la música, detrás de ese espejo que refleja tu alma te conocí, cuando tu etérea voz era aún un cristal en bruto. Desde aquel momento supe que tu canto sería mi aire, tu rostro mi inspiración, tu alma mi refugio y tú mi delirio.
Mi ángel ¡por favor vuelve y canta una vez más para mí!.
Desterremos las heridas y el dolor, volviéndonos uno en tu canto y mi música; detengamos la aguja del reloj y dejemos la realidad detenida en ti...
... Vuelve y canta para mí, antes que la ira se apodere de nosotros y mi corazón se pudra en la mazmorra de tus peores pesadillas.



29/Enero/2007
Constanza Bunbury

0Prestidigitador/es:

Publicar un comentario

<< Home