Quisiera naufragar por mundos no descubiertos, donde el cielo se colorea según tu ánimo, mientras el ruido del mar toca melodías dulces y agradables. Sitios irredentos de las penas, el daño, el dolor, el cinismo y la egolatría; donde la soledad no se vuelve tormentosa, sino, se hace parte de ti como tus extremidades.
Quisiera ser errante de las nubes y bosques; volar distancias impensadas y construirme cada día una realidad nueva, pudiendo así borrar todo aquello que daña mi alma. Ser uno, en los mares naufragados por cientos como yo, que buscaban ahogar penas y decubrir felicidades.
Mientras viajara por los siete mares, encontrar el tesoro más valioso para mí: un cofre lleno de fortaleza necesaria para poder olvidar las ofensas.
Aprender las fórmulas mágicas de supervivencia personal, para así no vivir pensando en las conjeturas de daños futuros. Heridas que sanarían con superficialidad como hasta ahora, por que el tiempo no cura nada, el tiempo no es un doctor.
Simplemente guíarme por la cruz del sur; naufragar y perderme en los mares, bajo nubes oscuras, para así volverme un vago recuerdo y que mis recuerdos se volvieran vagos ...
Constanza A. Bunbury.